El cielo no es azul
no es gris
es un nuevo color
A la palmera urbana,
tiempo y viento juntos
le dan soplo de vida
La lluvia pasajera
se va en profundo duelo
las nubes permanecen
Niños juegan movidos
por cuerdas invisibles
inercia clandestina.
La iglesia
donde entran caminantes
y salen pecadores
llena el vacío en las almas
y en las agendas múltiples;
con cita angelical anticipada
Demonios desterrados
dormitan entre el tráfico
y sueñan
palabras cabalísticas
que harán que olviden toda
espera dolorosa
En coyoacán no es
de noche ni de día
es una tarde hermosa
domingo, 24 de agosto de 2008
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