lunes, 16 de junio de 2008

Exprés Malteado



Andrés observó pasmado cómo aparecía la marioneta de un ratón en la televisión. "Éjele". ¿Qué demonios era eso? "Éjele, éjele" repetía el ratón de madera. Se burlaba del sol, cuyo calor le era indiferente. "Éjele, éjele, éjele."

De pronto Andrés sintíió una sed increíble. El batido de chocolate frío realmente se veía refrescante. Bajó las escaleras y encontró con que su refrigerador estaba vacío.
Por algún extraño motivo ya no estaban las bebidas que tomaba al paso de la tarde mientras delectaba sus caricaturas favoritas. Sólo había un cartón de leche.

Confundido, lo sacó y contempoló el empaque durante unos segundos. No había notado que en la mesa de la cocina estaba el mismo polvo de chocolate que anunciaba por la televisión el ratón de voz irritante.

Le pareció todo ello muy extraño, pero más bien se preocupó por saciar la sed y el calor que sentía en aquel momento. Era como si el sol malo estuviera tratando de sofocarlo y él no tuviera el delicioso batido para defenderse.

¿Cómo había que prepararlo? Andrés no lograba recordar las instrucciones. Había cantidades, y pasos, y palabras de adultos como "herméticamente." ¿Y en cuál de los aparatos había que mezclarlo? "Para niños modernos", decía el final del anuncio. ¿Acaso no era él un niño moderno? ¿Por qué en las gavetas de su cocina no había un agitador?

Al final se rindió, subió con un vaso de leche esperando encontrar la programación de siempre en la televisión. En lugar de eso vio a un hombre de saco rojo enseñando sus juguetes de cuerda. Había un mono que golpeaba platillos, pero era muy difícil verlo. La toma estaba alejada y el juguete era realmente pequeño.

Durante el resto de la tarde la programación no cambió. Entre cada caricatura un gato azulado salía a invitar a los niños a seguir la huella. "¿Cuál huella?" Intentó cambiar el canal a Cartoon Network, Nickelodeon o Jetix, pero sólo había tres canales. Los otros dos tenían noticieros.

Entró al cuarto de su abuela para preguntarle qué sucedía, pero la señora dormía impasible en su mecedora. Volvió a la sala de tele. Como había un segmento aburridísimo titulado "partidos políticos" Andrés apagó la televisión. Bajó por otro vaso de leche y entró a su cuarto. Miró su mochila con desdén y decidió jugar un rato con sus videojuegos portátiles. Descubrió con horror que no estaban. Pudo ver también que el teléfono de su cuarto se lo habían llevado, al igual que el de casi todos. Al final corrió a la sala para marcarle a su madre.

Los números habían sido sustituídos con un disco. Andrés intentó apretar algunos de los hoyos que tenía aquél círculo transparente, pero nada sucedía.

Decidió olvidar todo aquello hasta que llegaran sus padres y sacó sus libros de la escuela. Por suerte el cuaderno de matemáticas todavía tenía sumas y restas.

Por la noche llegaron sus padres, tomados del brazo y riendo, como si vinieran de una fiesta.
- No pretendíamos tardarnos tanto - se disculpó el padre - es que hubieras visto cómo venía la carretera de acapulco.
Andrés miraba atónito a su padre, tenía un grueso bigote que antes no estaba. Su madre tenía el cabello rizado y fijo, como flotando en el aire. Andrés se preguntó si en esta nueva realidad las leyes naturales serían distintas.
- Lo bueno es que traíamos casets - dijo la madre aún divertida.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué fueron a Acapulco? ¿Por qué no funciona la televisión? ¿Qué le pasó al congelador?
Andrés estaba al borde de un colapso. Su padre lo miró durante unos instantes y comprendió. Se puso en cuclillas, le colocó la mano en el hombro y con una sonrisa cálida dijo
- ¿Todavía no lo sabes? Volvieron los ochentas hijo. ¡Volvieron los ochentas!
Andrés sintió un nudo en el estómago, quería vomitar. No sabía qué eran los ochentas ni qué estaba pasando, pero presintió que su vida tal como la conocía había llegado a su fin. Éjele.

6 comentarios:

Manuel Semán dijo...

Jajajajaja estas en fuego ultimamente

Alejo Cava dijo...

Éjele.

Alejo Cava dijo...

Éjele, éjele.

Alejo Cava dijo...

Éjele, éjele, éjele.

Tormentas dijo...

...
(jaja, me encanta a mí también decir estar en fuego, madres, llegó cavallazzi hasta el triéjele)

Ambrosio Cajinas dijo...

JAJAJAJAJAJA.

¡Qué buenos recuerdos! ¡Y partidos políticos: me cago! Life is life, la lá la ra lá